Wednesday, December 12, 2007

Norvank3

Al llegar al castillo, Arland hizo avisar a los sirvientes de la cocina que prepararan un lugar más en la mesa.

El señor de Norvank ya estaba sentado en la mesa, tomando un poco de vino, y escuchando a un joven sirviente tocar hermosamente el violín.

-Toca magnifico, ese muchacho…- Comentó Ogilvie, sentado afuera de las puertas del gran comedor.

-Si… es un sirviente amigo mío, es solo un año mayor que yo, pero es hijo de uno de los músicos de la corte del rey.- le dijo Arland al mago.

 

De pronto, a un lado paso rápidamente la princesa Raelin, quien se dirigió directamente a las grandes puertas del castillo, y pregunto algo a uno de los guardias, a lo que el algo contesto. Visiblemente perturbada, la madre de Arland regreso dirigiéndose al comedor. En ese momento, Treva salio por las puertas al lado del mago, y anuncio que la comida estaba lista.

-Gracias, puedes empezar a servir… has que mis hijos vengan, empezaremos a comer sin el… si lo esperamos se enfadara. Oh, Arland, querido, - dijo al verlo parado junto a la puerta al pasar- hazme el favor de venir a comer.

 

-¿Quien viene a comer?- le pregunto Ogilvie a Raelin, con tono de perfecta familiaridad.

-Mi hermano, Durato, pero ya vengan a comer.

-Creo que no te reconoció… - Le dijo Arland al mago al entrar

- Mas bien, me reconoció plenamente, pero esta distraída como para reaccionar que hace mucho que no como en la misma mesa que ella.- Le contesto Ogilvie sonriendo.

Entonces se les unió Armelle, ya vestida con un hermoso vestido blanco con listones morados. Al sentarse su madre al lado de su padre, el hizo una seña al violinista para que dejara de tocar.

-Padre, madre, creo que han estado muy distraídos como para reconocer a nuestro invitado especial…

El señor de Norvank se paro asombrado al ver al mago parado entre sus dos hijos.

-Ogilvie… ¿eres tú, hermano mío?

La princesa dio un ligero suspiro de sorpresa.

-Anyon, princesa Raelin, les pido disculpas por entrar en su hogar sin previo aviso, pero resulta que encontreme con sus adorables hijos en el bosque y decidí venir a visitaros sin tardanza.

El padre soltó una carcajada y se dirigió a su antiguo compañero de aventuras con los brazos abiertos.

-Ogy! Mi querido Ogy! Has vuelto! Pero que milagro de los cielos o que encantada visión es esta?!

-Amigo mío!- contesto el mago al abrazarlo– Tantos años sin verte, y aun te veo como si me acabaras de sacar del río. Cuantas aventuras juntos! Cuantas veces nos hemos salvado la vida uno al otro sin pestañear! Y aun así… tantos años sin verte!

-Sea la cantidad que sea, ha sido una eternidad de aburrimiento sin ustedes…-dijo Anyon, pero al decir ustedes, la vista se le nublo con lagrimas.

-Has sabido de el? Lo has encontrado? Dime que sabes que esta bien, dime que aun lo podemos recuperar!

-Lo han visto por aquí… tal vez te esta buscando…

-Oh, mi hermano! Mi querido hermano! Será que estas cerca? Será que aun nos recuerdas?

 

-Por favor, no hablemos de cosas tristes… -dijo la princesa- Y sentémonos a comer. Saben como es mi hermano…

-De payaso?- dijo con tono burlón Ogilvie.

-Calla, Ogy! Sabes que lo quiero sea lo que sea…

-Eso no quita que nunca estuviste de acuerdo…

-Calla, Ogilvie Aurelius!- grito la princesa exasperada- Si has venido a mi casa a despertar viejas riñas, te pido…

-Que te sientes a comer- Interrumpió el señor de Norvank

Todos se sentaron a comer. Los muchachos, del otro lado de la larga mesa, no escuchaban la plática, solo veían como su padre y el mago carcajeaba y se aventaban pedazos de pollo, pan o lo que tuvieran a la mano de ves en cuando, como un par de niños chiquitos.

 

-Nunca había visto a mi padre así de feliz.- Comento Armella a su hermano.

-Ni yo… pero es divertido solo verlos pelear y hacer a mama hervir de coraje…

Tuesday, December 11, 2007

ab

En el mundo de Tibia
en la ciudad de Ab' dendriel
los mx cantan victoria
sus enemigos los temen.

Han capturado a los elfos,
han cerrado entradas
y si alguen se levanta contra ellos,
en el aire se ven las espadas

Mientras todos se esconden
lejos en thais, carlin o venore
los victoriosos recorren
y matan al que de rodillas no implore

Oh si! los majestuosos Caballeros
corren fuertes y ligeros
por los bosquez del norte, las montañas rocosas, y los valles enteros.

Oh si, los esplenidos paladines!
con sus arcos en el aire,
parecen mas que querubines.

Oh, los magnificos druidas
pacificos, inteligentes
pero moriras si no te cuidas!

Y oh! los Poderosos Magos!
queman bosques, congelan lagos
y te mataran si no los tratas con halagos.

Esos son los heroes del norte
en ab tienen su corte
y el que se atreva a protestar
que su cabeza de inmediato se corte!

Sir Arkthorius

Sunday, December 09, 2007

norvank2

-Buenos dias, hijo- grito el señor Anyon.
-No me despertaste padre...- respondio Arland- Queria salir del castillo un rato.
-Bueno... puedes salir a cabalgar si atinas a darle a la capana de la torre.-Le dijo, dandole una flecha de su propio carcaj.
Arland tomo la flecha, y tiro las suyas en el piso. Cuidadosamente apunto hacia la campana señalada por su padre, mientras todos los caballos se paraban atras de el. Con un zumbido por el aire, la flecha fue a dar dentro de la camapana, casi fallando el tiro.
El sonido de la campana resono por todo el castillo, al que un grito de victoria siguio, de Arland y los sirvientes.
-Traiganle a mi hijo su caballo, y porfavor preprenme la mesa, que muero de hambre- dijo el gran señor de Sunfort
-Traed el corcel de mi hermana tambien, que deseo que me acompañe, con tu permiso padre, y si asi ella lo desea
-Que asi sea! Pero que cinco hombres os acompañen, hijos mios. Que el buen thor os proteja, y regresen para la hora de la comida.

En un momento, todos los caballos habian desaparecido, al mismo tiempo que traian el caballo negro de Arland y el corcel blanco de Armelle.
Con un gran abrazo que tomo por sorpresa a Arland desde atras, su hermana le dijo sonriente
-Gracias hermano! que bueno que tus corajes pasan rapido...
-Oh! de ese flechazo advertido no te salvas!- le contesto en tono de broma.

Salieron los 7 caballos del castillo de Norvank hacia el rio. Al llegar al bosque, Arland vio un conejo blanco entre la maleza. Se freno un poco y trato de atravesarlo con una flecha. La flecha paso a un lado y el conejo corrio despavorido.
-Eres malo, hermano, aceptalo- dijo Armelle
-Callate, Armi- le contesto

Al llegar al rio, Arland salto de su caballo y corrio hasta el agua. Feliz de refrescarse, se tiro al rio con un chapuzon.
-Vas a coger un resfriado, hermanito!- Le grito armelle bajandose de su corcel.
-Si me enfermo yo, enfermas tu!- dijo el, arrojandole agua desde el rio.
-Vuelves a mojarme, y lo pagaras caro!- grito la princesa escondiendose detras de el hermoso caballo negro de su hermano.

Pasaron horas en el rio. Armelle tranquilamente viendo a su hermano cantar y bailar en el agua mientras ella comia manzanas en la sombra de un arbol, sentada en el pasto. Despues de un rato, los sirvientes tambien entraron al rio para refrescarse. Armelle por su parte, tomo una de las navajas de su hermano y comenzo a modelar un pedazo de madera que encontro, dandole forma de aguila. De pronto, oyó un ruido detras de ella, y se paro rapidamente para ver que era. Un gracioso conejo blanco y otro gris, un poco feo, estaban entre las ramas caidas y hojas secas.
-Hermano! creo que el conejo blanco trajo a su papa a regañarte!- Grito Armelle
-Ahora si lo empalo para un buen tentempie!- Dijo Arland saliendo de el agua
-No, hermano, dejalos ser... son tan tiernos.... bueno, almenos el blanco. El gris se ve un poco viejo...

-Sere viejo pero se mas que tu, hermosa princesa de Norvank- Dijo el conejo gris
Espantados, los dos hermanos dieron un paso atras, y Armelle dio un grito.
En cuestion de segundos, los cinco sirvientes rodiaron a sus amos, los caballos y el arbol, sin saber de que estaban protegiendo a sus benefactores.
De pronto, una luz enceguesedora, y despues, un gran hombre canoso aparecio endonde estaba antes el conejo gris.
-Mi fiel ayudante me aviso que estaban cerca, y decidi venir a veros personalmente.
Los sirvientes dieron media vuelta , y espantados, dieron dos pasos hacia atras, aun mas confundidos que antes.

-Si no les importa, fieles de Norvank, quisiera charlar con sus jovenes benefactores a solas. Mi nombre es Ogilvie, y como sospecharan, soy un mago, aunque yo prefiero el nombre de naturista.
Despues de un momento de estupefaccion, el primero que reacciono fue Arland, quien, tratando de recogerse a si mismo, ordeno a los sirvientes a recoger a los caballos y esperar en un arbol cercano al rio. Inmediatamete, los sirvientes obedecieron, sintiendose agradecidos de alejarse de el viejo que habian visto aparecer de la nada.

-Habia esperado mucho tiempo para conoceros... Creci junto a su padre y su tio Vortigern, en Sunfort. Llevo dos años viajando por los bosques tratando de encontrar a su tio, despues de que...-hizo una larga pausa
-Bueno, eso no es relevante ahorita. Dejenme decirles que se parecen mucho a sus padres... Especialmente tu, Arland... Siento que estoy viendo al mismo Anyon cuando te veo... Y tu, Armelle, eres la viva imagen de la princesa de Greytower...
Una sombra cruzo su mirada al decir ese nombre.
-Y ah vuelto...- susurro para si.
-¿Quien ha vuelto?- Pregunto Arland
-Ula...- Dijo el viejo Ogilvie, aun como en trance. -Digo... nadie! nadie ha regresado! Oh por Dios! Pero... cuentenme de ustedes, ¿Que hacen por estos rumbos? Crei que su padre le tenia prohivido acercarse mucho a los limites de su territorio...
-No nos deja ir lejos, pero no importa, el territorio es basto y encantador... ¿quien querria abandonarlo?- respondio Armelle
-Claro, ni yo mismo me alejaria demaciado de su castillo. Habia estado pensando en ir a visitar a mi querido amigo desde hace mucho... pero buscar a Vortigern ha sido mi tarea primordial. Me avisaron que lo habian visto por estos prados... asi que me dirigi hacia aca inmediatamente con esas intenciones.
-Pero ahora que nos has encontrado, no crees que sea oportuno regresar con nosotros al castillo, ¿talves solo por hoy?- Pregunto Arland
-No creo que vague muy lejos de aqui, si se siente agusto por estos pastos, el muy toro...
-Entonces, emprendamos el viaje de regreso! toma uno de los caballos de los siervos, el mas grande. Norvank a mi! De regreso!-Grito el joven noble, al tiempo que rapidamente sus subditos obedecian.
Asi, la compañia cabalgaba de regreso al castillo Norvank, Arland enfrente, seguido de Armelle en su hermoso corcel blanco y Ogilvie en un caballo castaño de gran tamaño, con un conejo blanco en sus piernas.

Friday, December 07, 2007

Norvank

En un castillo en las montañas nortes, vivian dos hermanos, Arland y Armelle de Norvank.
El padre, el Caballero Anyon de Sunfort, habia salido a una caceria desde la madrugada. La madre, la princesa Raelin de Greytower, estaba como siempre tejiendo en la torre del sur.
Ese dia, el castillo de Norvank estaba muy tranquilo, ya que la mitad de los siervos habian acompañado a el señor a cazar. Arland estaba tirando flechas a las palomas de los tejados, tratando de distraer su enojo con su padre por no haberlo llevado a la caza. Lo cierto era que habian salido muy temprano en la madrugada, y Arland no se habia querido levantar.
Armelle, por su parte, vagaba por la cocina charlando con su amiga Treva, la repostera.
Ambos hermanos eran de la misma edad, esactamente 16 primaveras, y habian nacido del mismo parto. Mas Arland siemre habia sido mas alto que Armelle, pero ella era mas diestra que el en el habla.

Despues de haber matado almenos dies palomas, Arland seguia furioso, asi que decidio desahogar sus penas con su lira. Corrio por su preciado instrumento de madera, se sento en el marco de su ventana, y toco unas notas, despues de las cuales añadio unos versos improvisados.

Mi padre salio a cazar
desde la madrugada
no se le ocurrio pensar
que su hijo queria salir a pasear.

Y cuando regrese le voy a decir
que me dejo sin nada
y que a la siguiente yo quiero ir
aunque sea nomas por salir
de este castillo infeliz.

Siguio ensayando su circulo, y de pronto alguien lo acompaño desde el primer piso.

Mi hermano no sabe rimar
tampoco sabe nada
le cuesta mucho trabajo pensar
y tiene cabeza ovalada.

Unas risas traviesas recorrieron el cuarto debajo de Arland, a lo que el respondio

Mi hermana esta muy tonta
se rie tan feo como un gato mojado
mejor que se calle que estoy enojado
si vuelve a reir le callo la boca
si una flecha con su cabeza rebota

Ante esta amenaza, Armelle y Treva corrieron por los pasillos gritando, mientras Arland saltaba del balcon arco en mano, y su carcaj lleno de flechas de juego, con puntas acolchonadas y polvo azul, su color favorito. Iva a correr alrededor de la torre, cuando oyó que caballos entraban por el portal.