Thursday, November 12, 2009

Error en la Ciudad: Adez

"Recibí respuesta de cliente. Al parecer le fue satisfactorio tu trabajo. Por el momento no tengo más trabajo para ti.", fue la respuesta de mi jefe. 'Gordo inútil', pensé antes de pararme de mi modulo de trabajo para caminar hasta el transportador vertical de el edificio. Bajé hasta la planta baja no sin antes pedir mi modulo de transporte por mi ordenador personal holográfico que llevaba siempre en mi mano. Nada me ataba más a esa vida que ese aparato. Se tiene el control total de todo y de todos a través de ese aparato. Puedes pedir una taza de café para dentro de un año en tu modulo de trabajo o mandar un informe a tu jefe desde la calle. Puedes mandar pedir un nuevo modulo de transporte o arreglar el que ya tienes. Puedes buscar una pareja en base a su historial genético y sistema inmunológico, y eso es exactamente lo que hacia cuando llegó mi módulo. Volteé a ver el modulo negro impecable que tenía enfrente de mi parado en el vestíbulo del edificio, regrese a mi ordenador personal y mande mi transporte a el edificio donde descansaba.

Tenía ganas de caminar, o correr, salir de la rutina, cometer errores solo por la diversión de hacerlo.Camine un rato por el cemento frío, aunque mis zapatos no me dejaban sentirlo, por que se calentaban solos. Cero incomodidades. Prácticamente los zapatos caminaban por mi. En general lo único que diferenciaba caminar de subirse al módulo de transporte era el poco ejercicio que hacías y el tiempo en llegar, que en este momento no me afectaba.

Seguía buscando pareja en la base de datos, cambiando las características que buscaba, una acompañante linda para pasar un rato. Aparecían cientos de mujeres. Cambiaba los rasgos distintivos, color de cabello, preferencias y temas de conversación, hasta posiciones preferidas, cuando un mensaje entró a el cubo holográfico de mi ordenador. Le di vuelta a el cubo y seleccioné el mensaje, que me había enviado, por lo visto, G. Palahniuk, mi nuevo cliente preferido."Destruye la monotonía. Rompe la rutina. Se siente bien. 81/2. Gerard Palahniuk." Eso era todo. El lenguaje se ha reducido bastante. Afuera, intentamos rescatar palabras olvidadas de libros que encontramos en las ruinas de ciudades exploradas. Pero no nos brinquemos aún.

Me detuve. Mire a mi alrededor. La adrenalina en mi cuerpo se elevo mientras pensaba como podía romper la rutina. Entonces, me quite el abrigo que tenía puesto, me quite los zapatos, tire la corbata y mi sombrero y corrí. Corrí como si alguien me estuviera persiguiendo. Corrí de mi monotonía, de mi soledad, de mi rutina, de mi trabajo, de los módulos individuales y de la sociedad hipócrita, automatizada e inerte. Corrí sonriente, corrí libre. Mientras daba grandes zancadas no me percaté de si me veían o no me veían los demás, solo corrí sin rumbo entre edificios gigantes de vidrio inteligente y calles desiertas, pulcras y aburridas. Yo en ese momento era el caos en el desorden, me convertía en el error en la ciudad.

Corrí hasta que no pude más. No estaba acostumbrado a correr, pero aún así tenia una perfecta condición. Durante el sueño, en nuestros módulos de descanso, habían aparatos que mantenían a nuestros músculos en perfecto estado, ni forzados ni atrofiados por el desuso. Me detuve a la mitad de una de las calles. Muy pocos módulos de transporte se desplazaban a nivel suelo, por lo general gente con miedo a las alturas o si habían llegado a su destino, aunque cada edificio tenía varios vestíbulos, en cada nivel adyacente a alguna vía de transporte, que en casi todos los edificios tocaban al menos diez.

Uno o dos módulos me rodearon para seguir su camino y las personas me miraban con ojos de asombro. Yo me carcajeaba. Reía de lo feliz que me sentía. Me sostenía de las rodillas mirando el piso o me sostenía la cabeza. Después comencé a dar vueltas con los brazos extendidos viendo hacia arriba. Reía sin parar. No cabía en mi mismo de lo grandioso que todo se sentía. El piso por primera vez en mi vida se sentía áspero y me agradaba. Me sentía hirviendo y a la vez tenía frío por el sudor que empapaba mi cuerpo y mi ropa, pero el aire se sentía delicioso, aunque nada comparado con la brisa del mar el día que por primera vez lo vi.

Entonces un modulo se detuvo junto a mí. Una hermosa mujer se bajó de el, y se dedicó a observarme detenidamente. Yo volteé a verla, y por primera vez en mi vida me atreví a ver a una mujer a los ojos sin conocerla, o sin siquiera acordar términos para un encuentro. Ella sonrió. Su sonrisa era perfecta. Sus ojos, cafés claro, me miraban estupefactos. Después de un rato de vernos el uno al otro, ya que había recuperado el aliento, aunque sin dejar de reír, me quite la camisa.

Ella se rió un poco, pero no dijo nada. Luego de otro rato de verme en silencio sonriendo como un retrato de los bloques informativos sobre nueva ropa de moda, por fin me dirigió la palabra.
"¿Que has hecho para estar así? Yo también quiero." Me dijo. "Corrí." dije, sin mayor explicación.
"Nunca lo he hecho..." dijo, pensativa, por primera ves volteando a ver hacia otro lado, el piso y luego mis pies sin zapatos. "Eso es lo divertido. Ven. Corre conmigo. Rompe la monotonía." Ella sonrió otra vez y me miró de nuevo directamente a los ojos, su expresión como si le hubiera leído la mente. Tiro su gabardina, sus zapatos, su hermoso sombrero con rosas de un rojo profundo, y un broche con una rosa del mismo estilo. "Lista." Me dijo. Le ofrecí mi mano y ella la tomó. La jalé un poco al comenzar a correr de nuevo, y corrimos tomados de la mano entre varios edificios antes de soltarnos.

Entre cada cuantas zancadas, brincaba en el aire y reía mas fuerte. Yo la seguía de cerca, admirando la alegría de otra persona y siendo feliz por los dos. Después de unas cuadras mas, me tomo de la mano y comenzó a dar vueltas.
"¿Viste el mensaje de error?" Me preguntó, después de caer al piso mareados por tanta vuelta, mientras jadeábamos sudorosos tirados sin poder detener la risa. "Si. Cambió mi día. Ahora quiero más." "¡La mía también!" gritó. "Eres la primera persona que dice eso." "Se de otra persona que también piensa lo mismo." le dije, refiriéndome a Palahniuk. Abrirá un club en mi edificio en unos días, y hoy lo veré ahí a las ocho horas y media. ¿Quieres acompañarnos?" "Me gustaría mucho." me contestó. Seguimos riendo tirados a media calle como un par de locos mientras módulos rodeaban nuestros cuerpos. Al cabo de unos largos minutos donde nuestros sentidos seguían despiertos al máximo por la adrenalina, dejamos de reír, y continuamos acostados, apreciando la vista de la enorme ciudad desde sus bases.

"¿Cual es tu nombre?" Me preguntó. En toda la vida, nadie me había preguntado eso, nadie se conoce en la ciudad sin antes buscar sus antecedentes e historiales. Currículum Vitae.
"Zackarías Agar. ¿El tuyo?" Respondí. "Jaqueline Adez." Contestó. Apoyada en su brazo derecho, me veía sonriente con su hermosa cabellera negra obscuro tocando el piso color gris pálido.

Sunday, November 08, 2009

Error en la Ciudad: Palanhiuk

Llegaba a la oficina después del incidente en mi modulo de transporte negro. ´¿Error en la ciudad?´ -pensaba. En realidad, eso era lo que buscaba todos los días en camino al trabajo, errores en el sistema de hologramas, errores en los diseños, errores en los programas. Mi trabajo consistía en crear diseños holográficos sin errores. Toda la vida nos habían inculcado la perfección en las academias de la ciudad MX. En nuestro vocabulario no existía dicho vocablo. “te equivocaste” era una frase que nunca usábamos, tal ves un “no esta perfecto” o “puede estar mejor”, pero nunca “estas en un error”, se consideraba un insulto, una falta de respeto decirlo. “estoy en desacuerdo con tu opinión”, “no estoy satisfecho con tu trabajo”, nunca “tu opinión es errónea”, o “tu trabajo esta mal”. Sin embargo, la palabra estaba en la punta de la lengua de todos.

Día tras día de mi monótona vida había dado por sentado que así tenía que ser la vida. Perfecta. Sin errores. La verdad era que mi respuesta a la pregunta ”¿estas satisfecho? “ que me hacia el mensaje de la pantalla holográfica era un rotundo “NO”. Nunca me había parado a analizarlo, lo había aceptado como un hecho. “¿Crees que esto es una vida real?”... a esto no podía responder, no conocía otro tipo de vida. “Error al sistema. Error en la ciudad”, de cierta manera, esto me llamaba la atención. 'Error', pensaba , 'Suena divertido'.

Pasé todo ese día tratando de diseñar un nuevo holograma para un nuevo sitio de entretenimiento para adultos situado exactamente en la ultima planta subterránea de mi edificio. Los edificios tienen una serie de letras y números para identificar cada uno de ellos. Primero que nada, el nombre de la ciudad. MX. Segundo es el cuadrante en el que esta situado. Norte: N. Después se escribe el numero de hilera contando desde el centro de la ciudad, siempre comenzando a contar hacia el punto cardinal hacia donde corresponde el cuadrante. Hilera 7. El cuarto dígito es la la fila perpendicular a la que pertenece el edificio. 25. MXN725 era mi edificio. Ahora es una casa en medio de la nada, donde vivo a mi antojo, pero no nos saltemos la historia.

El numero de modulo o establecimiento es el siguiente: Primero el numero de piso. Cada edificio cuanta con mas de docientos pisos, incluyendo los subterráneos. El modulo donde yo descansaba se encuentra en el piso 80. El sitio de entretenimiento del holograma, que se llamaba “Club Palahniuk”, y se encuentra tal ves, si sigue en servicio, en el nivel S10, S de subterráneo, 10 el piso contando desde la planta baja, la que da a nivel de el suelo real, aunque entonces no sabía que ese era el porque. Después se escribe el cuadrante donde se encuentra el modulo. De mi estación de descanso era el Sur: S. Por ultimo el numero de modulo en secuencia desde el transportador vertical del centro. 24.

Así pues, mi modulo era el MXN725 80S24. Perfectamente ordenado, no por mí, sino por mi ayudante automatizado. Acababa de actualizar los colores y texturas de todos mis muebles, además de comprar una nueva estación de bebidas. Ahora incluía bebidas alcohólicas preparadas.

Y entonces me llegó uno de esos momentos inspirados de donde sacaba mis mejores ideas. Comencé con un recipiente con una bebida de color rojo sangre y con una pastilla blanca en su interior, un instrumento de cuerdas de fondo y una figura totalmente asimétrica detrás de este. Un diseño totalmente sencillo y desarreglado. Lleno de errores. Entre todos los diseños perfectos, destacaría como letras verdes en un fondo negro. No podía dejar de pensar en ese mensaje. Termine agregando con el tipo de letra mas feo pero entendible que encontré en la base de datos el nombre del lugar y la dirección que ya me sabia de memoria, al menos la mitad: CLUB PALAHNIUK MXN725 S10.

Yo mismo iría el día de la apertura.

Habiendo terminado el diseño, salí de mi modulo de trabajo hacia los pasillos. Todos hablaban de el mensaje en la pantalla holográfica. Algunos espantados, otros indiferentes. Nadie parecía entretenido por el mensaje, nadie parecía importarle del todo. Para mí, había sido una experiencia única.

Después de un rato de análisis de los pasillos, que también era habitual en mi, ya que había sido analista de comportamiento en mis primeros años de trabajo en la corporación, regrese a mi modulo.

Cambie el estatus del trabajo de diseño a terminado y espere a la respuesta de el cliente y mi jefe de mercado.

No habían pasado ni cinco minutos cuando respondió mi regordete jefe. “El trabajo me parece un poco insatisfactorio, trabaje sobre las recomendaciones del cliente.”

'Insatisfactorio...' me dije a mi mismo, 'Insatisfactorio su desempeño como diseñador los últimos tres años antes de acender de puesto. Si no fuera sobrino del dueño no tendría ni oportunidad de trabajar en una corporación de este ramo. Estaría trabajando en servicios infraestructurales o Mantenimiento, gordo mantenido... error de la humanidad.' Solté una carcajada como nunca en mi vida. Inmediatamente alrededor de mi modulo de trabajo apareció una barrera de sonido transparente patrocinada por SilentWorkCorp, a la que yo mismo había diseñado el holograma de nube hacía ya un año. Su trabajo en hologramas delimitadores era excepcional, y este era el mejor de sus inventos, y nunca había sido tan conveniente como en ese preciso momento. Una o dos lagrimas brotaron de mis ojos de tan fuerte que había reído. En ese momento me sentí completo. Vivo. Y comprendí el significado de '¿Crees que esto es una vida real?'. No era la respuesta. Esto era la respuesta obvia después de la anterior: Diversión.

Cuando termine de secar las lagrimas de la cara y sobarme el estomago un poco, mi estación de trabajo anunció que tenía respuesta del cliente. “¡Perfecto! ¡Un diseño simple y desarreglado! ¿Has visto el mensaje de la pantalla superior? Creo que tiene razón... y creo que tu piensas lo mismo. G. Palahniuk.”

Conteste a su mensaje inmediatamente. “Gracias por el cumplido. Nadie mas parece pensar lo mismo. ¿Ocho después de la media en tu club? Z. Agar”

Thursday, November 05, 2009

Error en la ciudad

Aburrido. Extremadamente aburrido. La vida se volvía más y más monótona cada día que pasaba. La ciudad estaba automatizada a tal grado que parecía un hormiguero de robots. Tenía programadas mis actividades casi hasta la hora en que debería morir. Horas exactas para dormir, horas de trabajo obligatorias y horas para capacitación y clases de arte, recreación y socialización pre-programadas en mi horario del día, todo perfectamente calculado para no entorpecer ni el flujo de trafico vial de la ciudad. Requisitos, protocolos, normas y métodos para vivir armoniosamente en la metrópolis celular que era la ciudad MX. Había ido a visitar MTRY una ves en mi vida, para una investigación de mercado comparativo de mi compañía. Envidiaba el hecho que su ciudad tuviera más letras que la nuestra, aunque me habían explicado que alguna vez tuvieron nombres largos, nombres reales, no nombres de metrópolis celulares, algo así como Monte Rey y Mejico o algo por el estilo. Toda la ciudad se extendía por kilómetros y mas o menos dos kilometros hasta la gran barrera de vidrio que nos separaba de los vientos torrenciales del exterior.

El exterior... nunca me había preguntado como era el exterior. entre vías de transito lento y rápido en mas de cien niveles con sus respectivos módulos de transporte individual y colectivo dirigidos magneticamente por estas, edificios de trabajo y de estacionamiento, donde cada quien tenía su lugar para trabajar y dormir respectivamente, a nadie se le cruzaba por la cabeza que existía nada más fuera de esa vida dentro del gran reloj robótico que era la metrópolis.

En camino al trabajo, sentado en mi propio módulo de transporte negro, que era el color corporacional de mi empresa, dedicada a el entretenimiento holográfico, iba leyendo mis habituales columnas de información variada para estar enterado de las ultimas actualizaciones de personalización para mi estación de descanso ubicada a cinco edificios de el de mi corporación.

Por aburrimiento, voltee a ver la barrera de protección superior de la ciudad. Un azul profundo con manchas blancas difuminadas en formas de logotipos de todas corporaciones y productos que yo mismo habia diseñado, junto con otros de otras corporaciones, parecían flotar sobre el aire. A cada uno de esos hologramas le llamábamos nubes, aunque nunca entendí por que hasta después. Me divertía buscar fallas en los diseños de otros, auqnue a veces encontraba fallas en las mías también, y fallas técnicas del sistema holográfico que se rumoreaba algunas veces sucedía. Analizaba cada una de las "nubes" exhaustivamente buscando algo de entretenimiento, cuando súbitamente todos los hologramas se volvieron negros. Una a una letras verdes atravesaron la gran pantalla holográfica hasta formar una frase: ¿Estas satisfecho? ¿Crees que esto es una vida real? Error al sistema. Error en la ciudad.