Tuesday, June 27, 2006

Samantha 1

Cuando el sol se esconde en el horizonte, y los niños se acuestan a dormir, algunos seresmágicos despiertan para animarse en la imaginación de los que duermen. Morfeo,el dios de los sueños, esta harto de su trabajo y decide dar vida a los sueñosde algunos. Con un soplido al azar, despierta algunos objetos de la imaginaciónde los pequeños.

Una niña de hermoso parecer llora sobre su gran oso de peluche, al que hacontado todo desde la muerte de su padre. Noche tras noche, la dulce Samanthahumedece con lagrimas los suaves cabellos de la piel de su amado compañero,relatando cada una de sus desgracias. Después de varios años, no ha podidodejar de llorar. Esta a punto de convertirse en señorita, y reclama al destinoel amor paterno, una vez mas. Además, la vida escolar no le ha brindado mucho apoyo.Aunque todos saben que es de las mas bonitas de la escuela, todos notan sutristeza y enojo por la vida. su frialdad y desencanto, sus movimientosapagados y sus ojos sin luz. El apetito de amor la vuelve loca pero nadie lacomprende. El sentimiento de soledad la ahoga aunque este rodeada de amigos. Ytodas las noches, sola ella y su oso, sin excepción, y tampoco esta noche. El fríoentra por la ventana abierta y la luz de la luna deja entreverse a la niñasobre su oso, llorando inconsolablemente, ciegamente, como otras noches,reclamando al cielo por su desventura. Tras un largo tiempo, decide no llorarmas. Se reincorpora acomoda al oso en su cama. Estira la colcha impecablemente,hasta que hace juego con el curto, perfectamente arreglado. Hoy no es cualquiernoche. Una noche como esta, solo que lloviendo y neblinosa, Samantha esperaba asu padre viendo por la ventana, ahora abierta, que llegara el carro azul de supadre, el cual nunca llego. Ahora, parecía como si siguiera esperando, vestidade luto. Un bello vestido negro hacia contraste con la blanca piel de la joven.Regresa a su cama, acomoda al oso sentado y le coloca una carta en sus piernas,dirigida a su madre, mientras enjuga la ultima gota de su infelicidad. Despuésde revisar por ultima vez su cuarto, la hermosa princesa vestida de negro sepone de rodillas, pálida, sosteniendo una navaja en la mano derecha. Ya habíanpasado las doce, y la niña toma para ella lo que seria su ultimo respiro. Depronto, se escucha una campanada, clara como si de plata pura fuera la campana.Después de unos segundos, se escucha otra. Hermoso el sonido de aquellascampanadas. Otra nota se escucha, esta ves mas cercana, pero a la vez maslejos. Samantha se da cuenta que no es de la iglesia. Por cuarta vez, el dulcesonido de la campana resuena en los oídos de la niña. Otra mas, cristalina lanota, casi angelical. La princesa se intriga, pero sigue sobre sus rodillas enel tapete rosa con verde de su cuarto. Tras la misma pausa, la nota resuena portodo el cuarto. La hermosa niña puede imaginar la campana plateada frente aella. Por séptima ves, el sonido se escucha en la cabeza de Samantha, pero estala refleja mas distante que las otras veces. Corriendo la hermosa princesa haciala ventana, espera oír la siguiente nota para tratar de vislumbrar aquella campanadivina que la tiene intrigada. Silencio. Silencio sepulcral, si no fuera por eleco de aquella dulce nota en la cabeza de Samantha. Tras una larga espera, elbello vestido negro se mueve con gracia mientras la niña vuelve a la navajatirada en el piso, mas desilusionada que nunca, vuelve a la posición en que estabaantes de aquella hermosa distracción. Toma la navaja y se prepara para suinevitable muerte. El sonido de aquella bellísima nota aun resonando en sus oídos,apoya el metal contra su muñeca. De pronto, una voz varonil se escucha detrásde ella.
-¡No! ¡Detente! ¡No lo hagas!
La hermosa princesa se detiene, confundida, y trata de despejar su mente. Trasuna pausa y con el eco de la voz y la campana en sus oídos, la niña no puedecontener una lagrima y vuelve a presionar la fría navaja contra su pálida piel.
-¡No! ¡Por favor, Samantha, No lo hagas!
Volteando hacia la cama, la hermosa niña interroga a la voz.
-¿Papa?
-Quisiera poder decir que lo soy. Pero solo soy tu compañero de llantosnocturnos. Todas las noches quisiera llorar contigo, sin poder hacerlo. Todaslas noches quisiera abrazarte sin poder moverme. Noche tras noche te heescuchado, sin poder reconfortarte. Hoy, el cielo nos ha escuchado a los dos.
Espantada, la niña retrocede hasta la pared contraria, tratando de desapareceren ese mismo segundo.
-¿Por que le temes a tu amigo aun húmedo con tus lagrimas?
Después de unos minutos, la princesa de luto toma valor para cuestionar a eljuguete parlante.
-¿Esto es un sueño?
-Solo mira tu brazo.
Una gota borboteaba de la herida en su muñeca izquierda.
-Soy un fruto de tu imaginación, si. Fruto, mas no parte ya. Ahora soy real. Nose por cuanto tiempo pueda quedarme, pero espero poder quedarme lo suficientepara verte mejor que hoy.
Una sonrisa se escapa de la fina boca roja de Samantha.
-Ven, ven conmigo...- le sugiere el oso.
La niña se acerca y el soso la abraza tierna mente después de enjugar lalagrima de cristal que corre por la pálida mejilla de esta.
Después, soltándola, la mira a los ojos.
-Lagrimas de estos ojos han salido como lluvia sale de las nubes. Espero que laultima que limpie yo sea esta.
Y agarrándole la mano, limpia cuidadosamente la gota de sangre. Luego volteahacia la carta rosa a sus pies.
-¿Puedo...?
La niña solo sonríe. El oso rompe la carta lentamente y la tira a la basura.
-Creo que ya han sido demasiadas emociones hoy. Mañana te explicare mas y podrásponerme al corriente de lo que ha pasado. Por ahora, este manojo de tristezas debeir a dormir, que mañana tiene clases.
Otra sonrisa se dibuja en la cara de la hermosa niña, que, sin decir nada, serecuesta y cierra los ojos. El oso le da un beso en donde unos minutos antesuna lagrima tomaba camino y la hermosa princesa queda profundamente dormida.

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